ABOUT PEREGRINACIONES GUADALUPANAS

En Peregrinaciones Guadalupanas, Inc., nuestra mision es ofrecer un servicio de primera calidad a traves de nuestras peregrinaciones itinerantes. Buscamos que los peregrinos encouentren en nuestros recorridos un acercamiento a su fe cristiana, profundicen en ella y que tengan un encuentro real y sincero con Cristo. 

At Guadalupe Pilgrimages, Inc., we are dedicated to offering top-quality pilgrimages. We hope that through our pilgrimages, you will come closer to God and deepen your Christian faith by encountering Christ where He has entered the world. 

En la actualidad, la Iglesia ha encontrado en los últimos Papas el modelo de los peregrinos, que nos recuerdan que el cristiano es ante todo un peregrino (GS 7) y que la Iglesia misma es un pueblo peregrino (LG 8).

La Peregrinación nos ofrece la posibilidad de reencontramos con nuestra propia historia cristiana, nuestra realidad transitoria en este mundo. Pero la nota característica es la forma festiva y gozosa de estas peregrinaciones, que ha de recordarnos que nuestro peregrinar hacia Dios no debe, ni puede ser lastimoso ni triste.

Así pues, las peregrinaciones favorecen la práctica de los valores cristianos, estimulan un culto integral a Dios (ver, oír, cantar, escuchar, tocar, convivir, etc.) Nos dispone a ser agradecidos y ante todo nos recuerda nuestra común subsistencia y la necesidad de una salvación comunitaria.

El modo de hacer una peregrinación ha variado con los siglos y con los lugares, pero básicamente ha mantenido su fisonomía. En la antigüedad se reunían en un lugar sagrado ( Templo ), escuchaban la Palabra de Dios y se instruían sobre el sentido de la peregrinación en la vida misma, posteriormente recibían la bendición antes de partir.

Es precisamente la Palabra de Dios la que nos abre el camino en la vida, la iglesia es siempre convocada y dirigida por Dios en todo momento y circunstancia. Los peregrinos se ponían en camino, orando, cantando, conviviendo, conociendo. No se trataba de ir a encontrar a Dios, o a la Virgen o a los santos. Dios siempre está con nosotros y la intercesión de María Santísima y de los santos es constante, se trataba ante todo de ir a un lugar donde el peregrino sentía de una manera en especial esa providencia, esa intercesión siempre perenne de Dios, de la Virgen, de los santos.

La Peregrinación, no concluye al llegar al santuario o meta de la peregrinación y de participar en los actos litúrgicos o de devoción, o en firmar el libro de peregrinos, o de adquirir algunos recuerdos como estampitas, medallas, agua bendita, etc. Se trata de un encuentro con Cristo y María, quienes derraman Su gracia en el peregrino y estos a su vez puedan ser portadores de las Gracias que Dios les ha concedido y puedan compartir sus experiencias con sus comunidades y familias. (San Juan Pablo II).

Recent Popes have modeled and encouraged pilgrimages, reminding us that the Christian is above all a pilgrim, and that the Church itself is a pilgrim people.

Pilgrimages offer us a chance to reconnect with our own Christian heritage, and with our transitory life in this world. But above all, these pilgrimages' characteristic festivity and joy remind us that our lifelong pilgrimage towards God should not, and cannot, be painful or sad.

Thus, pilgrimages encourage the practice of Christian values, stimulate an integral worship of God (seeing, hearing, singing, listening, touching, living together, etc.). they dispose us to be grateful and above all remind us of our common subsistence and the need for community salvation.

The way of making a pilgrimage has varied over the centuries and with the places, but has basically maintained its form. In ancient times, they gathered in a sacred place (temple), listened to the Word of God and were instructed on the meaning of the pilgrimage in life itself, then received the blessing before leaving.

It is precisely the Word of God that opens the way for us in life; the Church is always called and directed by God at all times and in all circumstances. The pilgrims set out on the journey, praying, singing, living together, getting to know others. It was not about going to find God, or the Virgin, or the saints. God is always with us and the intercession of the Blessed Virgin Mary and the saints is constant. Above all, it was about going to a place where the pilgrim felt in a special way that providence, that everlasting intercession of God, of the Virgin, of the saints.

The pilgrimage does not end when one reaches the sanctuary or destination of the pilgrimage and participates in the liturgical or devotional acts, or signs the pilgrims' book, or acquires some souvenirs such as holy cards, medals, holy water, etc. It is an encounter with Christ and Mary, who pour out Their grace on the pilgrim so that they in turn can be bearers of the Graces that God has granted them and can share their experiences with their communities and families. (Saint John Paul II).